¿Es posible ver Riga, Tallin y Vilna en 3 días? | Países Bálticos

A 3.829 kilómetros de casa…

Como siempre, empiezo mi entrada diciendo que quiero ser constante con mis publicaciones, aunque sepa que no se va a cumplir. I’m busy in Berlin babies.

Hoy, en realidad, me ha dado por escribir porque estoy un poco triste. Y cuando me siento así, mis sentidos digamos que se agudizan y me expreso mucho más rápido y mejor. O eso me parece a mi.
Vengo a hablaros de un viaje muy guay que hice hace dos meses ya. El tiempo vuela. Pero antes voy a contaros el por qué de mi nostalgia: Mi mejor amiga de Berlín se volvió ayer a su país, Grecia. Y era una pieza muy importante para mi aquí. Para poneros en situación, empezamos en la empresa el mismo día y fue mi apoyo número 1 desde que llegué a Berlín sin NADA. Sin casa, sin amigos, sin idea de qué iba a ser de mi en esta caótica ciudad…

Angie me ha enseñado lo maravilloso que es Berlín y lo no tan maravilloso que es aprender alemán. Pero gracias a ella sé que no hay límite a la hora de aprender un nuevo idioma… no le basta con saber 4 perfectos.
Hemos viajado juntas, de hecho han sido 6 meses y 5 países en total. Alemania, obviamente, Estonia, Letonia, Lituania y Polonia. Tenemos muchas cosas en común, pero sobre todo nuestra locura por la fotografía y nuestra facilidad de volar y vivir en día a día en un mundo paralelo.
El viaje a los países Bálticos fue un viajaaaso que decidimos hacer juntas, a modo improvisado y express.

Si algo me encanta de la vida, en general, es pensar las personas tan geniales con las que te hace cruzarte según vas creciendo. Hay gente que piensa (mi padre el primero) que soy poco cariñosa, algunos me dicen que Berlín me ha enfriado más el corazón… y otros temas relacionados con la frialdad que tampoco creo que sea tan así. Pero en tema de despedidas, es algo que no acabo de superar, no. Mi nivel de sensibilidad se eleva a 78642.
Aún recuerdo el drama de la vuelta de mi Erasmus despidiéndome de personas que había compartido tanto y sabía que probablemente no volvería a ver en muchos años, o nunca. Aunque para ser sincera, he visto bastantes amigos-erasmus desde entonces, mucho más rápido de lo que imaginé. Reencuentros en Portugal, Croacia, Holanda, España, Dinamarca, Polonia 3 veces, Alemania (Colonia, Berlín) y alguna otra por ahí.

Bueno, a lo que iba. Este viaje del que os voy a hablar, lo tenía muy en mente desde hacía tiempo. Estando de Erasmus en Cracovia, decidí junto con otros amigos, empezar a organizar el famosos Baltic Trip para Semana Santa. Pero por unas cosas y otras, me di cuenta que no podía ir y mi hueco para el coche (de 5) quedó libre y lo cogió una chica alemana que se apuntó a última hora. Gracias a que yo no fui, se creó una pareja nueva ¡tachánnn! El amor surgió entre la alemana que cogió mi sitio y un finlandés (con los que estoy en la foto del reencuentro en Copenhague). Y lo mejor de todo, todavía siguen juntos. Y les quiero mucho. Me siento tan bien jiii 🙂

Me volví de Cracovia con el run-rún de ese viaje (Baltic Trip) y siendo consciente de la dificultad de hacerlo cuando no estás cerca del este de Europa como la oportunidad que tenía viviendo en Krakow. Lo intenté una vez más proponiendo a mis padres y a mi hermana ir en Semana Santa del año pasado, pero terminamos haciendo un crucero, planazo también. (Otra entrada que tengo pendiente).

Finalmente, este año, a principios de marzo, me dio uno de los cruces mentales que me dan a veces y me reservé un vuelo a Riga. Así en cosa de 10 minutos, ¿pa’ qué pensárselo? La ida a Letonia y la y vuelta desde Lituania. Tres días, dos países, not bad. Fue decírselo a Angie (mi amiga que se ha ido hoy) y no dudó ni un segundo en apuntarse. Esa es la actitud 🙂 No nos bastaba con ver dos países en tres días, si no que decidimos añadir Tallin, (Estonia) a nuestro recorrido. ¿Sobrevivimos a esta locurita? Ahora os cuento:

Día 1: Berlín – Riga

Volamos un viernes por la mañana a Riga desde Berlín. El pronóstico de tiempo era malísimo los 3 días en los 3 países. Lluvia frío y viento. ¿Qué puedes esperar de los países bálticos en marzo? Pues eso.

La verdad que al llegar salió el sol, aunque duró unos 30 minutos. Suficiente para inmortalizar el momento. Llegamos al Airbnb donde estaríamos 2 noches y salimos, ahora sí, con frío, lluvia y viento a hacer turisteo. No habíamos mirado nada desde Berlín, así que a la aventura. Aquí os dejo brevemente las cosas que visitamos.

Qué ver en Riga:

  • Plaza del Ayuntamiento (Rātslaukums)
  • Catedral de Riga (Doma baznīca)
  • Los Tres Hermanos (Trīs brāļi)
  • Puerta Sueca (Zviedru vārti)
  • Torre de la Pólvora (Pulvertornis)
  • Ruta Art Nouveau (Jugendstil)
  • Castillo de Riga.
  • Barrio ruso
  • Catedral Ortodoxa
  • Mejor de los consejos: Perderse por las calles y abrigarse mucho.

La ciudad es bonita, pequeña, perfecta para un Erasmus y fácil de ver en unas horas. Caminar y perderte por sus calles es lo más recomendable.

Por la noche cenamos en un restaurante típico llamado Lido y tuvimos una de las situaciones más surrealistas del viaje cuando mientras cenábamos con música en directo, un señor se nos acercó sutilmente a hablar y terminamos los 3 solos en el restaurante hablando sobre la vida y los temas más profundos y surrealistas que os podáis imaginar. Conseguimos huir a tiempo para descansar y coger fuerzas para el sábado que iba a ser día laaargo con incidente inesperado.

Día 2: Riga – Tallin – Riga

Sábado – Cuando mi padre lea esto me va a llamar empanada mental y con razón. Nuestro plan era coger un bus a las 8 de la mañana a Tallin (tarda 4 horas) y volver por la tarde a las 7. De hecho ya teníamos comprados los billetes. Nos despertamos con la alarma de Angie, pero cuando me quise dar cuenta, en mi reloj marcaba las 5:55. Le dije, Angie, nos hemos equivocado, es una hora más temprano… vamos a dormir hasta las 7 y de ahí vamos de sobra para coger el bus de las 8. Era raro que su reloj marcara una hora diferente, pero con el empanamiento mañanero ni lo discutimos. Así que eso hicimos ilusas de nosotras. Nos despertamos de nuevo a las supuestas 6:55, fuimos tranquilamente a la estación aunque con un sentimiento extraño y cuando entregamos el ticket, la señora del bus nos dijo que no, que ese autobús había salido hace una hora… ¡¡¡Eran las malditas 9!!! En Riga es una hora más que en Berlín o Madrid y habíamos pasado 1 día y pico completamente en otro horario. ¿Solución? Compré volaaando un billete para el siguiente y último bus que salía en 1 minuto. Mientras Angie se quedó con la revisora para que el bus no se fuera. Lo acabamos cogiendo.
Cuando hagáis un viaje, aunque no lo preparéis demasiado, aseguraos que sea la misma hora y no os fieis de vuestro móvil porque el mío no la cambió automáticamente. Un autobús todavía, pero un avión no hubiera sido tan gracioso 🙂

Llegamos poco antes de la 1 a Tallin. Un frío… unos -3º para que os hagáis una idea, aunque hacía sol a ratos. Os dejo aquí lo que hicimos durante 7 horas hasta que cogimos un bus de vuelta a Riga.

Qué ver en Tallin:

  • Muralla de la ciudad
  • Torres y puerta de acceso al casco antiguo
  • Plaza del Ayuntamiento o Raekoda Plats
  • Pasaje de Santa Catalina o Katariina käik
  • Catedral Alexander Nevsky (mi favorita, merece la pena)
  • Castillo de Toompea y Parlamento
  • Mirador de Patkuli (también un must de la ciudad)
  • Retirase del casco antiguo hasta llegar al mar

Día 3: Riga – Vilna – Berlín

Domingo – Nos despertamos en Riga, dimos una vuelta rápida a la ciudad y cogimos un bus a Vilna, de donde volábamos de vuelta a Berlín a las 9 de la noche.

Era la ciudad que menos expectativas teníamos y nos sorprendió muy positivamente, de hecho fue en la única que nos quedamos con ganas de más… quizás porque sólo pasamos 4 horas. Aquí os dejo lo que hicimos durante ese tiempo.

Qué ver en Vilna:

  • Plaza del Ayuntamiento
  • Catedral de Vilnius
  • La Universidad de Vilnius
  • Iglesia ortodoxa de Paraskeva
  • Pilies Gatve
  • Calle de la Literatura
  • Sinagoga Coral y barrio judío
  • Colina de las Tres Cruces
  •  Torre Gedemin

En definitiva, este viaje fue un poco locura como podéis ver y el lunes en la oficina nuestro cuerpo lo notó, pero la sensación fue increíble. Se pasó muy rápido pero a la vez nos dio tiempo a hacer muchas cosas.

Pensándolo bien, hay fines de semana que perdemos el tiempo haciendo nada, y otros que te da tiempo a ver tres ciudades de 3 países diferentes. Aunque estoy de acuerdo en que no hacer nada a veces también se necesita y es el mejor de los placeres.

Por fin me he quitado la cosa que tenía con los Países Bálticos así que 😀 En unos años me gustaría repetirlo, posiblemente alquilando un coche para disfrutar de los alrededores y pasar de Tallin a Helsinki y de ahí a Rusia. Ahí queda 😉

Respondo entonces a la pregunta de la entrada: ¿Es posible ver Riga, Tallin y Vilna en 3 días? SÍ.
Intenso, pero un viaje que mereció la pena, por el tiempo invertido y por la compañía de 10. Y vosotros, ¿sacrificaríais vuestra energía y horas de sueño por un viaje así?

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