A 1.865 kilómetros de casa…
Miércoles 22 de marzo, 6 de la tarde, 5 chicas intentando buscar un plan para el fin de semana. Polonia lo tenemos ya bastante visto, ¿por qué no salir fuera? En menos de una hora, decidimos prepar un viaje a Bratislava y a Viena. Reservamos dos noches de hostal y palanteee’. Como siempre, nos gustan los planes improvisados : )La mañana del jueves, me compré los billetes y ese mismo día a las 10 de la noche cogimos un Polski rumbo a Viena. Fuimos dos francesas (my french-friends), una belga, una escocesa y yo. Desde Cracovia se tardan unas 7 horas y media. Tiempo más que suficiente para echar al menos una cabezadita en el autobús.
Pero no, Patricia no se pudo dormir ni una hora y llegó a Viena a las 4:55 con cara de zombie y con el cuerpo destrozadito del autobús. Desde Viena, cambiamos de estación y cogimos otro autobús a las 6:00 de la mañana rumbo Bratislava. Y ahora es cuando os preguntaréis, ¿por qué no cogísteis un autobús o tren directo a Bratislava?. Si estuviérais de Erasmus lo entenderíais…Los estudiantes vamos a lo cheap, a lo baratito. Aunque tengamos que visitar una ciudad sin dormir, coger 23 autobuses y un carro de caballos, si al final el viaje nos sale rentable, todo está perfecto. 🙂En menos de una hora llegamos a la capital eslovaca (a eso de las 7 de la mañana) y decidimos, como no, chutarnos un café para poder aguantar lo que quedaba de día.
Unas 11 horas pasamos en la capital de Eslovaquia, pero la verdad es que fueron suficientes para conocer su centro histórico y algunas cosas más. Si vais un día entero tendréis tiempo de sobra para disfrutar lo que hay que ver en Bratislava. Su casco histórico es pequeño pero bonito. No está en mi Top 10 de lugares que he visitado, pero la verdad que me esperaba menos de esta ciudad.
Os voy a resumir por partes todo lo que nos dio tiempo a visitar durante el día:
Puerta de San Miguel
Esta es una de las cuatro puertas que daban acceso a la Bratislava medieval, y la única que queda. Data del siglo XIV y formaba parte de la muralla que rodeaba la ciudad.
Si bajáis la mirada mientras pasáis por debajo, veréis el Kilómetro Cero de Eslovaquia. ¡Pero tened en cuenta que no debéis hablar mientras cruzáis la puerta! Ya que hay una leyenda que dice que quien no pasa en silencio, morirá un año y un día después. A mi se me olvidó, así que estoy apañá’…
Plaza Hlavne Namestie
Esta es la Plaza Mayor de Bratislava y está en pleno centro histórico. Es una plaza muy animada, con unas cuantas cafeterías, y terrazas, la estatua de Napoleón está en un lado de esta plaza, también el Ayuntamiento Viejo.
Ayuntamiento Viejo
Junto a la Hlavne Namestie, está el edificio del Ayuntamiento Viejo, que por fuera no parece gran cosa. Si pasáis dentro, podréis ver su patio central, un patio no muy grande pero bastante bonito y tranquilo. Alberga el museo más antiguo de la capital. Se puede subir también a la torre (por unos 2 euros) desde donde podréis contemplar el casco antiguo desde las alturas.
Iglesia Azul
Esta peculiar iglesia se encuentra un poco alejada del centro histórico de Bratislava, pero no sufráis, porque en menos de 10 minutos, podéis llegar a esta curiosa estructura del estilo Art Nouveau, construida en la primera década del siglo XX.
Palacio Grassalkovich
Fue restaurado en 1990 y es la residencia del presidente de Eslovaquia desde 1996. Está situado en la plaza Hodžovo námestie. En este palacio de estilo rococó, el compositor Joseph Haydn estrenó algunas de sus obras. Nosotras tuvimos suerte y llegamos a ver el cambio de Guardia.
Castillo de Bratislava
El edificio que se alza ahora sobre la ciudad, es una reconstrucción que acabó en el año 1968, ya que el castillo original (construido en el siglo XV) fue devastado por un incendio en 1811. El castillo hoy en día es el Museo Nacional Eslovaco.Cuando terminamos de ver el castillo, recorrimos de nuevo el centro histórico de la ciudad, compramos algunos recuerdos y pusimos rumbo a la estación de autobuses para volver a Viena y sobre todo, para dormir.En conclusión, aunque sea una ciudad relativamente pequeña, con un casco histórico reducido, vale la pena visitar la capital de Eslovaquia. Podréis hacer una escapada de un día si estáis en Viena, cogiendo un autobús que tarda menos de una hora. (80 kilómetros separan a las dos capitales.)
Y vosotros, ¿Iríais a la capital de Eslovaquia?En la próxima entrada contaré cómo fueron los dos siguientes días en Viena. Otra ciudad, otro país y otro tipo de cultura. Fue un finde muy completo, así que estad atentos a la siguiente 🙂
¡Nos vemos pronto!
Hola Patricia, muy bonitas fotos y una descripción interesante de los lugares que visitéis. Si Bratislava te gustó, creo que el resto del país te gustaría aun más, ya que es bastante diferente 🙂 Un saludo! Lucia
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Muchas gracias Lucía! Fue un viaje muy bonito
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Bonito reportaje sobre Bratislava… yo he estado el fin de semana pasado, me ha encantado…
Y wow, la primera foto te ha quedado increíble!! Felicidades!
Un saludo, y gracias por compartir 😉
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Muchas gracia Elena!!! 🙂
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