A 2.822 kilómetros, pero aún en casa…
Los sueños hay que perseguirlos… El próximo 31 de enero, pondré en marcha mi movilidad Erasmus+ a Cracovia, Polonia. Y aquí es donde os voy a contar cómo lo conseguí y lo que en realidad me ha costado. Un largo camino de más de un año en el que arriesgar y seguir intentándolo, ha merecido claramente la pena.
Uno de los sueños que siempre había tenido cuando todavía veía el estudiar una carrera a años luz, era hacer un Erasmus. En mi mente se mezclaban los conceptos: idiomas, viajes y conocer gente de todo el mundo. ¿Hay algo mejor que eso?
El caso es que yo empecé mi carrera de Marketing en una universidad privada (adscrita a la URJC), que precisamente no promueve mucho este tipo de movilidades, más bien ni te las nombra.
Cuando estaba en segundo de carrera, solicité mi Erasmus pero me lo denegaron (sin motivo alguno) y al igual que a mi, a otros muchos compañeros les quitaron ese pequeño sueño.
Noviembre de 2015
Hace poco más de un año, el 19 de noviembre de 2015, estaba trabajando de prácticas en una consultoría de Nuevos Ministerios, Grupo SCA. La verdad es que siempre estaba bastante liada, pero casualmente ese día no tenía nada que hacer. Y casualmente, me dió por abrir la página de la Universidad Rey Juan Carlos (Cosa que nuuunca hago) y también casualmente leí en letra no muy grande: «Último día para inscribirse al examen de idiomas, movilidad Erasmus – 19 de noviembre». Justo ese día se pasaba la inscripción. ¡AHHHG!
Lo primero que pensé fue…Bah el año pasado no me dejaron hacerlo así que este año seguramente me hagan lo mismo. Al rato pensé, ¿y si lo intento? No pierdo nada… Corriendo hablé a mi amiga Ana (que ahora está en China) y le dije:
-Ana, hoy se pasa el plazo para apuntarnos al examen de Erasmus.
Como ella es más impulsiva, sin pensarlo un segundo, pagó los 20 euros que costaba la tasa de examen para inscribirse y cuando llegamos por la tarde a la universidad me lo contó.
Antes de hacer nada, fuimos a hablar con mi coordinador para asegurarnos de que, por lo menos, teníamos la oportunidad de intentarlo al estar en una Universidad privada. Sus palabras exactas fueron: «Chicas, ni lo intentéis. Este año en la Rey Juan Carlos se va a presentar mucha gente y va a ser casi imposible que os podáis ir. Los de los campus de Vicálvaro, Móstoles y Fuenlabrada tienen preferencia antes que vosotras.»
Nada más salir del despacho, llamé a mi padre esperando que me diera de nuevo la ilusión que en este caso mi coordinador sin maldad alguna, nos había quitado en cuestión de 30 segundos. Y así fue, me dijo que no hiciera caso, que lo intentara y que si no me cogían, ese examen me habría servido para aprender algo más.
Esa misma tarde, me fui a un ordenador de la universidad e intenté hacer el pago del examen por Internet, ya que los bancos estaban cerrados. Me pidieron una clave de la tarjeta la cual no sabía usar, pero que en realidad hace función de PIN. Puse la clave mal dos veces, y a la tercera cuando se me iba a bloquear, conseguí acertar con el código. Mi examen ya estaba pagado. Primer paso superado.
Hasta aquí, todo había ido al límite, el segundo paso fue presentarse al examen. El 28 de noviembre me quedé a dormir en casa de Ana para repasar inglés y así ir juntas al examen. Más que repasar, comímos mucho y acabamos fritas en el sofá viendo una peli.
El día siguiente, nada más llegar a la facultad de Vicálvaro, un revuelo de universitarios desconocidos y de libros andaban de un lado para otro. No teníamos ni idea de cómo iba a ir. Sólo sabíamos que nos examinaríamos en clases distintas. Al salir del examen la sensación no era la mejor de todas, pero como siempre, el hilito de esperanza iba de nuestra mano.
Diciembre de 2015
A mediados de diciembre, salían las notas del examen anterior. Requisito indispensable para poder seguir con todo el proceso. El caso es que yo estaba en el Plenilunio cenando con mis padres cuando me llegó un email con la nota de mi examen donde nada más abrirlo ponía «2.0». Después del minimacroinfarto leí más abajo que 0.0 era suspenso 1.0 no presentado y 2.0 aprobado.
Enero de 2016
Llegó enero, y con él llegaron las listas definitivas de los aprobados y los destinos a elegir. Éstos funcionan en orden de preferencia dependiendo de la media que tengas en el curso. No había demasiados destinos, así que tenía que elegir bien el listado de 10 para poder seguir dentro del proceso.
Febrero de 2016
El 9 de febrero, fue uno de los días más decisivos, importantes y felices de mi vida. Y sí, parece una tontería, pero en cuestión de segundos decidí el destino al que deseaba irme y por tanto mi futuro. Rellené una hoja con los destinos. En primer lugar puse Cracovia, en segundo lugar un pueblo de Noruega, en tercer lugar Bremen, Alemania.
¿Por qué Cracovia? Es una larga historia que ya os iré contando en las próximas entradas, pero básicamente porque es una ciudad pequeña, llena de estudiantes, de música, de arte y de historia. Me gustan los lugares que no están demasiado explotados y que no son habituales. Todo eso juntado con la recomendación de mi vecina Pati que ya había estado de Erasmus, me hizo decantarme por esta ciudad.
Una vez llegué a la facultad de Móstoles con mi amiga Ana, empezaron los nervios. No ofertaron muchas ciudades para la cantidad de estudiantes que queríamos hacer la movilidad y muchos de ellos se quedaron sin destino, y por tanto, sin Erasmus. Fue un poco Caos la verdad, pero el día acabó mejor de lo previsto. Nos confirmaron que sí, que podíamos irnos, que todo estaba bien, que el siguiente paso ya estaba superado.
¡Ana se iba a China y yo me iba a Polonia! Bajamos la cuesta de la facultad de Móstoles gritando, corriendo y saltando con la felicidad de que sí, pese a las pegas que habíamos tenido por delante, con un poco de ilusión y ganas, lo habíamos conseguido. 🙂 Siguiente paso superado.
Marzo de 2016
Llegó marzo y aquí fue donde me di cuenta de que todo lo anterior sólo había sido un aperitivo para lo que me esperaba. Primero salieron las listas definitivas donde se podía ver el destino de cada uno, la asignación de coordinadores para empezar con el papeleo y nombres de los compañeros que irían al mismo destino. Nico, mi futuro compi cracoviano, me encontró en esa lista y empezamos a hablar para organizar todo el infinito papeleo juntos.
Abril de 2016
En abril, nos dimos cuenta de un gran nuevo problema. La URJC ofertó 14 plazas para Cracovia y la Universidad de Economía a la que vamos sólo disponía de 6. Según mi media de ADE que es por la carrera que me voy de Erasmus, yo estaba en la plaza 7ª, por lo que me quedaba fuera del proceso. Después de hablar con ambas universidades y poner una queja por ese error del que nosotros no teníamos culpa, el problema se solucionó.
Mayo, junio y julio fueron meses tranquilos pero con mucho papeleo: Becas, asignaturas, convalidaciones, coordinadores, email por aquí, email por allá, dudas que no nos resolvían y por tanto paseitos y rutas a Móstoles.
A todo esto, nuestra coordinadora de Polonia no nos contestaba los emails, no nos daba las asignaturas del segundo cuatrimestre y no nos mandaba la carta de aceptación. Una sensación de no saber qué iba a pasar y de ganas de presentarse allí para decirle: Joannita Jackoska, por favor, no nos hagas sufrir más y respóndenos al maldito email que no cuesta tanto. Gracias guapi 🙂
De hecho, no dió señales de vida hasta el pasado mes de diciembre y porque mi compañero y yo, le llamamos…Ay Joanna lo que nos has hecho sufrir 😦 En resumen…papeleos everywhere.
Agosto y septiembre de 2016
En agosto Ana se fue a China y a día de hoy sigue allí. Según me dice, le ha cambiado la vida y sí, todo por aquella conversación de Whatsapp que habréis visto un poco más arriba.
Yo en agosto y septiembre estuve en Escocia trabajando y durante esos meses todo fue bastante más tranquilo. Envié ciertos documentos a Clement que es mi coordinador de la URJC y todo seguía en orden hasta que llegué a Madrid…
Octubre de 2016
En octubre, cuando llegué a Madrid, me recibieron con la «agradable» noticia de que me habían cambiado de coordinador. ¿Tres meses antes de irme? ¿Qué motivo había? ¿Había que empezar de nuevo con el papeleo?.
A parte de eso, antes de irnos había que hacer un examen de inglés online que a mi no me habían enviado y a mi compañero sí. El pánico no me duró mucho ya que fuimos por 7463 vez al campus de Móstoles a resolver las ultimísimas dudas. Lo del cambio de coordinador no suponía ningún tipo de problema, y lo del examen había habido un problema informático y por eso no me lo habían enviado. Menos mal que fui…
Noviembre de 2016
Antes del 30 de noviembre teníamos que entregar la documentación final por correo ordinario y si no, ponía claramente que nos descalificaban. Lo envié todo con tiempo, 3 semanas antes, pero nadie dió respuesta. Pasó el 30 de noviembre, la fecha límite, y yo seguía sin saber si todo había llegado correctamente. ¡Joanna Jackoska seguía sin responderrrrrrrrrr!
A principios de diciembre y desesperados, mi compañero Nicolás decidió hablar a un amigo que tiene allí en Cracovia para que fuera a preguntar a la universidad si todo había llegado y si estábamos admitidos o no. Chananananan… con bromita de por medio, pero sí, estábamos dentro, dentrísimo. 😀 😀 😀
Diciembre de 2016
El pasado mes de diciembre, teníamos que seleccionar de nuevo las asignaturas con las que nos íbamos desde la Sede electrónica (con un plazo de 6 días). A todo el mundo le aparecían esas asignaturas menos a mi, así que acribillé a llamadas a la URJC y al cabo de 4 días, consiguieron resolverme el problema. A un día de que se me pasara el plazo.
Ahora sí, con todo cerrado y más felices que nada, nos compramos el vuelo para el día 31 de enero.
Enero de 2017
El pasado 5 de enero, me enviaron la confirmación oficial de la universidad de Cracovia.
Ahora que me quedan 23 días exactos, echo la mirada atrás y me doy cuenta de que el tiempo dedicado ha merecido la pena y también sé que todo esto no es nada con lo que me espera por delante. Y como yo siempre suelo decir, hasta que no esté allí, no me lo creo. Pero oye, que ya voy notando el fresquito 🙂
- Agradecérselo en primer lugar a mi novio, que fue la primera persona que me animó a hacer esto porque sabía que era un sueño en mi vida. Otro caso de tantos que me hacen darme cuenta una vez más, que tengo lo mejor a mi lado. Como novio y como persona.
- A mi familia, que todo esto también les supone un esfuerzo y han sabido apoyarme siempre.
- A mis amigos que se han alegrado tanto en cada pequeño paso que he ido avanzando y que tienen tantas ganas de venir a verme, y yo de recibirles. Yiiiiiiii
- Y a todos los que seguís siempre mis historietas para aburrir, gracias por aguantarme. 🙂
Por muchos más viajes con vosotros, ¡chin chin!
Nos vemos en mi nueva casa polaca 🙂